Fue
ese el término que por años se utilizó para definir a Galipán, esto con la finalidad de describir
un lugar en el que la pobreza y el atraso iban de la mano.
Así pues, como todo inicio, para los
primeros pobladores no fue nada sencillo, debido a que durante casi un siglo
Galipán estuvo prácticamente incomunicado con los dos únicos grandes y cercanos
centros civilizados; Caracas y La Guaira, cuya única vía de acceso estaba
limitada al paso de bestias. No fue sino hasta mediados del siglo XX cuando esta
tierra condenada a ser excluida de la modernización, comienza e ver señales del
desarrollo a través de la construcción del ¨Complejo Turístico y Recreativo del
Ávila¨ (Teleféricos y Hotel Humboldt). Gracias
a ello, llegaron los vehículos de doble tracción en merecida sustitución
de las bestias y algunas novedades en aperos para la agricultura; es así el
arado medieval se despide honrosamente. Además, aparecieron nuevas
posibilidades para la construcción de viviendas, en las que el bloque comienza
a sustituir al bahareque y algunos bombillos comenzaron a iluminar el futuro
del poblado, a partir de la llegada de las plantas eléctricas. ¡Al fin estaba
alcanzando el desarrollo a Galipán!
![]() |
José Gregorio Romero |
Una batalla
bien fundamentada
Algo que muchos desconocen, incluso siendo
pobladores y nativos de esta tierra; son las vicisitudes a las que se tuvieron
que enfrentar nuestros antepasados comenzando por los atropellos, presiones,
provocaciones y hasta humillaciones;
todo con la finalidad de obligarlos a abandonar sus tierras.
Para resumir un poco aquellos días tan
difíciles, comienzo por decir que, Galipán soportó casi 25 años de un bloqueo
establecido los funcionarios
gubernamentales, con la intención de obligar a sus habitantes para que
abandonaran las tierras que por generaciones habían trabajado. Todo esto
motivado a que en diciembre de 1958 se promulgó el decreto 473 que crea al
Parque Nacional El Ávila y coloca a los galipaneros en situación de ciudadanos
de segunda; negándoles así muchos de sus derechos.
Este bloqueo consistió en establecer
prohibiciones para la reparación y construcción de viviendas, para el
transporte y uso de equipos modernos de agricultura, para la reparación de
caminos vecinales; solicitud de permisos para entrar al parque (en igualdad de
condiciones que los exigidos a los visitantes y excursionistas), revisiones y
decomisos en alcabalas móviles de la G.N., limitación de la convivencia social
con familiares y amigos no residentes en El Ávila, en virtud de las trabas que
se le ponían a éstos para sus visitas al sector; impedimento de uso de
combustibles necesarios para las plantas y los vehículos, desalojos arbitrarios
que no cumplían con las normas legales, negativa para realizar actividades
pecuarias y avícolas; y lo más grave fue el cierre de escuelas.
El asedio contra Galipán solo pudo
convencer a unos pocos pobladores de abandonar sus tierras y recibir de
Inparques el pago por sus bienhechurías; el cual se efectuaba con ¨bonos de la
deuda agraria¨ y un pequeño porcentaje e n efectivo. Lo que trajo como
consecuencia, que esas personas que se sometieron a dichas negociaciones
terminaron como buhoneros y desempleados pasando a engrosar el censo de
habitantes de los barrios de Caracas.
Ya hacia el año 1973, a pesar de que se
mantenía la actitud oficial en contra de Galipán, bajo el Gobierno del Dr.
Rafael Caldera, fue instalada la red eléctrica en la zona; pero en 1977 como
expresión inequívoca de la persistencia gubernamental en su empeño por
desalojar a los galipaneros, una comisión de la Guardia Nacional, al mando del
Teniente Sandoval del destacamento 56 de Cotiza, acompañado por una cuadrilla
de trabajadores de Inparques, proceden a demoler casas sin previo aviso y sin
ninguna orden judicial, esto ante la presencia de las familias. Todo esto con
la excusa de que dichas casas eran ilegales debido a que estaban construidas en
el Parque Nacional, sin embargo, éstas solo estaban siendo reconstruidas en el
mismo lugar donde habían estado desde antes de promulgarse el decreto 473; y
que además, era sumamente necesario sustituir las viejas construcciones, las
cuales estaban cediendo a las inclemencias del tiempo y por la calidad de los
materiales utilizados inicialmente, como el zinc y el bahareque.
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